domingo, 6 de diciembre de 2009

Quite ember




tuvo unos días realmente horribles, de pensar que sus sueños se perdían en una niebla y entraba en un camino sin salida, de desesperación.
Tal vez por eso la niebla se utiliza en películas de horror. Envuelve sus peores temores.
En esos días no desea ser visto, no quiere dar explicaciones de nada, no desea tener que explicarle al mundo, su destino o su futuro. Su espíritu es un caleidoscopio pero su luz es el. NO puede ya reflejarse sin el.
Su voz se ha vuelto su aliento, sus palabras su verdadero lenguaje , ha entendido lo que es sentirse tranquilo sin sentirse conforme a pesar de que en este momento se encuentren virtualmente separados. Su vida ha prometido ser más completa con el, pero ya no cree en cuentos de hadas. Cree que el hada es el mismo, el es quien decida ser. Hoy el hada de la ternura, mañana el hada de la comprensión o el hada que consuela y llorar sus lágrimas, reír su felicidad, pasado su hada romántica, en su lecho su hada sexual siempre el hada de sus sueños.
No hay cuentos solo una realidad, una realidad vivida por un hada, una brasa leve que los envolverá siempre " a quite ember", el hada
del amor real.

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